Veamos si te suena esta situación: «has terminado tus estudios con mucho sudor y esfuerzo, pero a la hora de aspirar a esa vacante de tus sueños te topas con que necesitas cinco años de experiencia, o en el mejor de los casos un portfolio que presentar.»
Quizá algún afortunado engancha un puesto junior (la forma cool de decir becario en algunas empresas) en algún sitio y puede empezar a hacer currículum, pero la realidad es que muchos otros nos vemos obligados a improvisar. Y en este momento tan desconcertante, es cuando aflora una idea que en un comienzo llena de ilusión, pero que si no se tiene cuidado puede convertirse en una pesadilla: hacer una colaboración.
Disclaimer: El autor, Iván Mosquera, también ha realizado colaboraciones.
Sí, lo has leído bien, yo también he realizado colaboraciones incluso mientras estaba estudiando. Y no, no estoy incluyendo esos grupos de música de mi adolescencia, a pesar de que sean a su modo colaboraciones, estamos hablando de proyectos que tienen un perfil más «profesional» y menos por hobby.
Y es más, te digo sin pudor ninguno que sigo colaborando. Pero si comparo las condiciones que tengo ahora con las que tenía hace cinco años (ya ves que no ha pasado tanto) me miro con lástima.
Ahora mismo colaboro con profesionales en los cuales en prácticamente todas las situaciones existe un intercambio de valor, es decir en lugar de pagar cada uno los servicios del otro, negociamos una equivalencia entre ambos servicios. Pero esto cuando estás empezando, sé de primera mano que no es tan fácil.
Primero porque puedes no tener claro qué es lo necesitas para enfocarte como profesional, y aquí tu primera inversión podría ser la ayuda de un mentor o un coach. Y segundo, porque podrías toparte con la situación de colaborar con un profesional que ya tenga regulados sus precios, y que para equivaler ambos servicios tengas que invertir mucho trabajo y tiempo.
¿Con qué colaboraciones debo tener cuidado?
El tipo de colaboración que más me he topado en mi experiencia es hacer una colaboración para realizar un proyecto. Puede ser un juego, un corto, una app… Pero desgraciadamente, muchas cumplen la siguiente estructura:
- Una persona A tiene una idea propia para un proyecto.
- «A» publica una oferta en diversas páginas tratando de reclutar gente para sus proyectos.
- «A» se autoproclama líder del proyecto, una especie de «director ejecutivo».
- Se delegan funciones en otros «jefes de equipo» dentro del proyecto.
Si ya has pasado por esto, quizá recuerdas cómo te has visto envuelto en el embolado de que estar trabajando gratis para el proyecto de otra persona, bajo la premisa de que «es un proyecto de todos». Pero en cuanto te huele mal y te bajas del tren, tú te quedas sin nada, y esa persona con el trabajo que has realizado en el proyecto.
Son colaboraciones que además tienen tendencia a requerir de ti constantemente, que no puedes desarrollar con la libertad que esperabas y de las cuales en muchos casos intentarán retenerte.
Hoy, amig@ mí@ que estás leyendo esto, te enseño a detectarlas por medio de 7 redflags.
¿Qué sospechas debo tener al hacer una colaboración?
El beneficio
Lo primero que tienes que tener claro es saber qué vas a recibir a cambio de participar en esa colaboración. Si lo único que te pueden garantizar es portfolio, piensa en que va a ser necesario que el proyecto llegue a publicarse para que tenga algo de validez real, por lo que tienes el riesgo de entregar trabajo y no recibir nada a cambio.
La prueba de acceso
Y hablando de entregar trabajo, ten cuidado si te piden que realices tareas por adelantado a modo de demostrar que eres capaz de adaptarte a las necesidades del proyecto. Esto como mínimo te hará perder horas de trabajo sin garantizar ningún beneficio.
El tiempo
Muchos de estos proyectos probablemente los realices en tu tiempo libre, y te lo venderán como si fuera un hobby. Pero una de las condiciones más típicas que me he topado es el exigir un número de horas mínimo que dedicarle al proyecto a la semana, y aquí he visto casos de gente pidiendo más horas que una media jornada.
Está bien establecer hitos y que exista compromiso en realizar las tareas, pero ten presente en todo momento si te compensa esa carga de trabajo por la retribución que vas a recibir.
La estrategia
Hacer una colaboración conjunta pude estar bien pero, ¿qué se va a hacer después con ese trabajo? Es muy frecuente el caso de proyectos que garantizan un beneficio económico, pero una vez preguntas por él te cuentan que depende de una subvención, una ayuda, o parecidos. Si los jefes del proyecto no tienen la idea de cómo moverlo y darlo a conocer para que efectivamente valga de algo en tu portfolio, probablemente es que la idea no esté tan bien pensada y estés perdiendo el tiempo.
La ambición
Colaboraciones sí, pero con sentidiño. Las colaboraciones deben parecerte realistas y asumibles en todo momento. ¿Es posible que 40 personas que se acaban de conocer se coordinen y saquen adelante un MMORPG, estando sin cobrar nada el tiempo que dure la colaboración? Quizá, luego busco en Google si hubo alguna.
Por eso, centra en que las colaboraciones sean proyectos pequeños, asumibles y a corto plazo. Si veis que el grupo trabajáis bien, más adelante podréis plantearos ideas más ambiciosas.
La afluencia de gente
Si ves a gente corriendo hacia la salida, quizá no sea la mejor idea ir a contramarea. Probablemente alguien vio venir lo que te estoy contando y quizá no sea la mejor opción quedarse a descubrir si es verdad.
Como dijo Gandalf:
La manipulación
Cuidado con esta porque es la última y la más grave. En algunos de estos proyectos me he topado con múltiples acusaciones manipulativas del tipo «es que no confías lo suficiente, no le has dedicado el tiempo, no puedes dejar al equipo tirado, si te vas tendremos que volver a empezar…» que tratarán de culpabilizarte y hacerte sentir mal si en algún momento sientes que ya no estás cómodo en el proyecto. Ante esta situación, como en muchas otras situaciones de la vida, trata de mantener la mente fría con tu decisión, y relájate que al marchar de ese proyecto no te cerrarás ninguna puerta.
¿Qué te ha parecido? ¿Cuántas de estas redflags te has encontrado al hacer una colaboración?
Si quieres más información sobre el tema tienes un vídeo en mi canal de YouTube en el que trato el tema hasta con ejemplos gráficos. Que quede claro que soy el mártir que tuvo que pasar por esto para traeros estos mandamientos.
Deja una respuesta